Adecuar los espacios para el trabajo híbrido no se trata solo de instalar las tecnologías, sino de hacerlo de manera que el usuario tenga la mejor experiencia al usarlas, explica Mauricio Ochoa Giraldo, de IT Espacios, empresa que incorpora la tecnología a las oficinas y adapta su diseño arquitectónico. 

En efecto, antes de instalar cámaras, micrófonos, pantallas o sistemas de proyección para videoconferencias, hay que mejorar el diseño arquitectónico de los espacios e incluir el mobiliario ergonómico adecuado a sus dimensiones, agrega Ochoa Giraldo. “De esa forma se puede potenciar la tecnología”, dice. “Una sala, un centro de monitoreo, tiene métricas de ergonomía. Los sistemas de proyección, por ejemplo, deben estar a una altura determinada”.

La acústica es otro elemento clave del rediseño. Como los colaboradores pueden conectarse simultáneamente a diferentes reuniones, hay que mitigar el ruido de fondo. Para ello pueden instalarse alfombras y techos abiertos con arreglos acústicos hechos con materiales fonoabsorbentes; también puede optarse por separadores entre los puestos de trabajo, aconseja Ochoa Giraldo. 

A la vez hay tecnologías que enmascaran los sonidos con ayuda de la electrónica. Así, el ruido de las conversaciones se puede disminuir con altavoces que emiten un sonido suave y discreto, de enmascaramiento, como lo ofrece la tecnología de Soft dB. 

De igual forma, una sala de conferencia de gran tamaño puede rediseñarse en tres o cuatro salas de reuniones pequeñas o en zonas de trabajo para grupos pequeños, de acuerdo con las necesidades de la organización y la cantidad de colaboradores que acudirá a las oficinas.