29 de marzo de 2023
Desde hace tiempo, trabajar desde casa era el anhelo de algunos. Hoy, cuando como consecuencia de la covid-19, el teletrabajo es la realidad de buena parte de los empleados en todo el mundo. Nadie se imaginó que podría llegar a ser tan agotador.
En 2018, en Colombia había solo 122.000 teletrabajadores, 78% de los cuales afirmaban tener un mejor desempeño laboral, según cifras del Ministerio del Trabajo. Sin embargo, esos mismos teletrabajadores también experimentaban mayor cansancio físico y estrés laboral.
Estas cifras de dos años atrás revelan parte de lo que hoy se vive en el mundo. Para algunos, el teletrabajo ha sido una experiencia desafiante, dado que es la primera vez que lo adoptan. Sin experiencia previa en trabajo remoto, ni idea de cómo organizar el tiempo que deben dedicar al trabajo mientras están en casa, muchos comienzan a sufrir las consecuencias de una rutina de ocho horas diarias —en el mejor de los casos— en espacios inadecuados que pasan factura a su salud física y mental.
Algunas personas cuentan con un espacio privado en casa donde pueden concentrarse. Para otras personas, quizá la mayoría, las mesas del comedor se han convertido en escritorios, los sofás en salas de conferencias y la sala de la casa en el espacio que se comparte con otros miembros de la familia mientras intentan trabajar. Esta es la realidad muy extendida de la “oficina en casa” en estos tiempos de cuarentena.
En esta situación, no es extraño que disminuyan la inspiración y el rendimiento. El profesor Nicholas Bloom, de la Universidad Stanford, conocido por su investigación sobre los beneficios del trabajo desde casa, afirma: “Me temo que este colapso del trabajo desde casa durante la pandemia conducirá a una caída de la innovación. Las nuevas ideas que estamos perdiendo hoy podrían traducirse en menos nuevos productos sacados al mercado en 2021 y más allá, lo que a largo plazo reducirá el crecimiento económico”.
El profesor Bloom ha desarrollado múltiples proyectos para promover el trabajo desde casa, pero en el contexto de la crisis del coronavirus asegura que la realidad ha resultado ser completamente distinta de lo que recomienda. Esto se debe a factores como la falta de experiencia de los niños con el aprendizaje en línea, el poco espacio disponible en casa, la falta de privacidad y el hecho de que para la mayoría de las personas escoger el teletrabajo no fue su decisión sino una imposición, comentó Bloom en un artículo publicado por el Instituto de Investigación de Política Económica de la Universidad Stanford.
Regresar a la oficina es una decisión que, en estos momentos, no depende de los teletrabajadores. Pero prestar atención a la configuración de sus respectivos espacios de trabajo en casa sí está en sus manos. La buena noticia es que, si emprenden algunos cambios, los trabajadores no solo podrán inspirarse mejor en su casa durante el horario laboral, sino disfrutar los beneficios de un menor agotamiento físico y mental.
A continuación, se presentan algunas de las consecuencias de una inadecuada configuración de las oficinas improvisadas en casa que están afectando la salud de los teletrabajadores, y algunas recomendaciones de los expertos para corregirlas.
Un estudio publicado por el Journal of Clinical Sleep Medicine demostró con un experimento que los empleados que no tienen luz natural en sus oficinas duermen en promedio 46 minutos menos (y su descanso es menos profundo) que los que tienen ventanas.
Una inadecuada iluminación no solo afecta la visión durante las largas horas frente a la pantalla. También afecta el descanso durante las noches, algo que al final se convierte en dolores de cabeza y fuertes migrañas.
En el mismo estudio se asegura que la luz artificial produce fatiga y baja energía en las personas. La recomendación es encontrar un espacio en casa con ventanas y balcones o, si se tiene jardín, crear un área de trabajo en este.
Además, es importante poner atención a desde dónde proviene la luz natural que entra al área de trabajo. Cuando la luz natural o artificial da directamente sobre la pantalla del computador, crea sombras y contrastes que obligan a esforzar la vista, que causa una mayor fatiga visual, sequedad de los ojos y dolores de cabeza. Lo más recomendado es lograr una perfecta combinación entre luz natural y artificial, y evitar que la luz (en cualquiera de sus fuentes) irradie desde atrás de la persona o desde arriba, justo sobre la cabeza.
Para Veronique Goyette, experta en ergonomía y gerente de proyectos de Entrac, la empresa consultora canadiense especializada en ergonomía, los dolores musculares más comunes que afectan a los teletrabajadores (de cuello, muñeca, espalda, piernas u hombros) son producto de la poca ergonomía de los muebles en los que trabajan.
Cuando no se cuenta con los muebles adecuados básicos —como sillas ajustables con reposaderos para los brazos y escritorios con altura adaptable—, los teletrabajadores corren el riesgo de sufrir daños en su salud que, aunque a primera vista pueden parecer menores, con el tiempo se convierten en graves trastornos.
En ese sentido, Entrac ofrece algunos consejos para crear un espacio de trabajo más ergonómico:
Adquirir una silla ajustable es una de las mejores inversiones para una persona que trabaje muchas horas sentada. Si esto no es posible, los expertos recomiendan colocar cojines o toallas enrolladas en la parte de la silla que hace contacto con la zona baja de la espalda; el resultado será una mejor postura y una extensión adecuada de la columna vertebral.
Cerca del 86% de los empleados en Estados Unidos trabajan sentados por al menos ocho horas diarias. No todos se dan cuenta de la gravedad del asunto. Diversos estudios señalan, por ejemplo, que los trabajadores que han mantenido este patrón de sedentarismo por más de diez años tienen el doble de probabilidad de sufrir de cáncer de colon. Los riesgos aumentan para quienes pasan muchas horas sentados con sus laptops en sus piernas, pues el calor de las computadoras produce enfermedades en la piel. La más popular es la conocida como “síndrome de piel tostada”.
Alan Hedge, profesor de ergonomía de la Universidad Cornell, recomienda cambiar de posición cada ocho minutos mientras se está sentado, y tomar dos descansos de al menos dos minutos cada hora. Una recomendación común es usar una base de madera sobre las piernas para apoyar el computador, en caso de que no se cuente con un escritorio.
El profesor Hedge recuerda que trabajar de pie también es una opción saludable. En el mercado existen diferentes modelos de escritorios ideales para trabajar de pie y con altura ajustable. Si no se cuenta con uno de ellos, algún mesón alto en casa o incluso la mesa de planchar podrían ofrecer una solución transitoria.
Lo importante es cambiar de posición y evitar estar sentado todo el día. Con la ayuda de algunas aplicaciones móviles se puede manejar mejor el tiempo que se invierte sentado. Esto ayudará a evitar el sedentarismo.
Trabajar desde casa también puede influir en la alimentación. Uno de los problemas más comunes es saltarse las comidas. Algunos no desayunan o no almuerzan; otros solo tienen una única comida fuerte al día acompañada de poco saludables meriendas. Para evitar estas conductas, los expertos recomiendan establecer horarios y tiempos de descanso para cada comida, así como evitar pautar reuniones de trabajo o llamadas en los horarios previamente determinados para comer.
No solo se debe comer en horas determinadas, sino fuera del lugar de trabajo (lo peor es comer frente a la computadora). Esta recomendación tiene sentido, pues 70% de los empleados en Estados Unidos almuerzan en su escritorio alrededor de dos veces por semana, de acuerdo con la Asociación Estadounidense de Nutrición y Dietética.
La Asociación señala la importancia de que el cerebro reconozca y se concentre la actividad que se realiza, en este caso comer. En otras palabras, cuando se almuerza frente a la computadora o mientras se adelanta una actividad laboral, no se ayuda al cerebro a procesar el momento de la comida. Como consecuencia, se despierta la sensación de hambre, que en muchos casos conduce a obesidad.
La salud emocional y mental también se ha deteriorado con el trabajo desde casa. Una investigación de la Universidad Cornell afirma que los empleados que trabajan en línea se sienten personal y profesionalmente aislados en comparación con quienes asisten a las oficinas. El aislamiento también está relacionado con ataques al corazón, depresión y problemas de sueño, de acuerdo con otro estudio publicado en Heart, la revista de la Sociedad Británica de Cardiología.
Los expertos animan a las personas a relacionarse con otros con mayor frecuencia. Así, el contacto (físico o en línea) con amigos, familiares y compañeros de trabajo, e incluso una pequeña sonrisa a un desconocido, ayudarán a promover la inspiración y a tener una mejor salud física y emocional.
La pandemia de la covid-19 ha inspirado predicciones optimistas acerca del futuro del trabajo en remoto. Un ejemplo es Twitter Inc., la empresa propietaria del servicio de microblogging, que no volverá a exigir a sus colaboradores que regresen a las oficinas incluso después de la cuarentena. No obstante, hay unos cuantos desafíos que deben resolverse para que el trabajo desde casa no atente contra la salud.
Mientras los expertos diseñan espacios y muebles para laborar en casa, es buena idea poner en práctica las recomendaciones de este artículo, pues mejorarán el rendimiento y la inspiración en estos tiempos de covid-19.
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